domingo, 26 de enero de 2014

Estando al borde de la paz arde la guerra.

Cuenca, enero 2014.
Las heridas de muerte pesan más que la propia derrota. Y eso que nos hartamos de pasear por el mismo suelo, desnudos, con una bandera blanca cubriéndonos lo imprescindible, es decir, el corazón. Equitativamente se reparten los días y kilómetros, las balas y los huecos que éstas dejan.

Y éste es tuyo. 

Luego, se mezclan los reproches con las dudas. Alguien baraja poemas que hablan de amor con los que vomitan fracaso para beberse de un trago lo que queda cuando ya no hay nada. A veces los sentimientos no están a la altura del que los merece. Entonces, un acordeón de papel nos aleja hasta sentirnos culpables del miedo. Nos acerca hasta doblarse sin romper lo duro de algunos huesos que nos protegen de otra nueva guerra.


 Pero la música, como casi siempre, está en manos de otro. 

martes, 21 de enero de 2014

¿llegas?

Sí.



Granada, enero 2014 (habitación 403)
(vuelvo a coger aire)

____


Estoy casi segura que
desde su posición puede notar 
mi respiración entrecortada 
en la nuca, 
y no se queja.

Sin mirarme repite,

                                       no pienses 
                                                        en el tiempo, 
                                                                             solo escucha el ritmo.






Entonces, ocurres.






Y el tiempo, solo es eso, tiempo. 
Y al final, como las mejores cosas, terminas llegando.
Y el ritmo, solo es. 
Y tú, ahora, encima.




____


Vuelve a reírte porque me tiemblen las piernas, vida.