18 de Febrero, por si habías creído perder la costumbre.
Iba a levantar una ciudad después de las cenizas que ha dejado el incendio. No sé qué esperáis de mí, que tengo por cimientos flores. Que no
he dejado de dormir al raso de unos ojos que no piden más de lo que doy. Que sigo
soñando con caravanas, que recorren de arriba abajo todo lo que una vez me hizo daño, y
ahora, mírame, no cedo al paso de la risa. Y por mucho que las sórdidas autopistas
digan que son mejores que mis caminos empedrados, yo es que siempre he sido de
llegar tarde al amor.