domingo, 24 de marzo de 2013

A mi Su.


Tres vidas has estado durmiendo en mi cama, leyendo lo que escribo, soñando versos a medida, secándome sudor y lágrimas, aliviando el peso de los días, dejando las penas al sol. Tres vidas, siete años, varias historias sin salida.
Las otras cuatro no tienen fecha, ni luz, ni nombre. Sólo te vestiste de calle y lloraste ausencias. Y llegaste. Y salvaste una vida. 

La mía.

Películas, siestas, confidencias, elecciones que marcan la piel y que supimos salar juntas.

Y ahora te apagas y se apagan ocho vidas. 



Me despierto. El café amarga, no eres tú la que se pasea por mis piernas mientras canto al levantarme. Cuando una mujer con gato tiembla, se tambalean siete vidas. Y duele. Y viceversa. 

Descansa, mi vida. Ten el sueño tan dulce que lleva tu nombre.


 Que ahora, a la vida le sobra sal.

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