El día de abril
en que volviste
con mi nombre
en las caderas.
¿y qué haremos al alba,
cuando seamos dos perfectos desconocidos?
yo te lo voy a decir…
pondremos el mantel, tú quédate a mi lado
a comernos al amanecer lo que quieran las manos.
-
lo peor no es cuando nosotros mantenemos la distancia.
lo jodido es cuando nos mantiene así ella.
a nosotros.
que creíamos tener todo.
c-o-n-t-r-o-l-a-d-o.
y ahí no hay quien me
calle.
salvo cuando hablo de mí
porque dices que parece
que me hago daño.
y te duelo.
tú haz lo que yo haría si nos quisiésemos bien.
y entiende que tengo nombre de madrugada
porque es cuando más veces he llorado.
aunque le haya llamado risa a todas las noches.
de insomnio.
en que tú llamas.
entiende, también,
que diga que hay caderas mudas
y otras que no tienen nada que decir,
y esas últimas son, justo, las que se despiertan solas
después de haber gritado toda la noche mi nombre.
mira mi cabezonería llevándome de la mano a otra hostia,
mira que esta pared lleva tu nombre.
mira que esas caderas llevan el mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario