sábado, 26 de julio de 2014

Calor (joder, Robe, joder)


Nico cuando era otoño.

Fuera hace calor. No sabría decir cuánto concretamente, pero demasiado para ser una madrugada. Nunca se me ha dado bien realizar ese tipo de cálculos, atisbar distancias a simple vista o adivinar que te has afeitado tanto que cualquiera debería darse cuenta. Me vas conociendo. Estoy desnuda, anoche ni siquiera me molesté en buscar mi ropa interior. Tú duermes a mi lado. Ocupo la mitad izquierda de tu cama y aún quieres cederme la porción que te cabe en un abrazo. Hace un rato que te escucho respirar mientras tu brazo recorre mi falta de sueño. Estás arropado hasta la cintura y esbozas una media sonrisa que me reconforta todas estas horas sin dormir. Me deshago con suavidad de tus manos y busco el tacto del suelo con los pies. Camino lento hacia el baño y dejo correr el agua de la ducha. Tengo especial cariño a ese espacio tan pequeño por lo que tú ya sabes. Me seco sin esforzarme demasiado y recorro el pasillo de vuelta para encontrarte ahí. Todavía algo mojada me hago hueco en el ventrículo izquierdo de tu cama. Te beso la frente. Tú susurras algo y tiras de mí hacia el sueño. Mañana me contarás que aprendiste a volar, que conociste a un escarabajo o que llegaste a nado a la nada.


Fuera hace calor. 
No sabría decir cuántas madrugadas podría pasarme así, 
cuidándoteme los sueños que me contarás mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario