vacié el vaso a tus
pies para que no estuviese a medias sin mí.
Amargué el café con mis
dudas de media tarde
y te rompí la poesía que guardabas entre las piernas.
Te quise despacio pero con mucha prisa.
Malgasté el papel liándote besos,
inventé otros modos
de vivir,
enamorándote al despertar con olor a amor recién hecho.
Fui Colón en tu cuello,
dándole la vuelta al mundo por donde a nadie antes dejaste pasar.
Siguiendo el sentido del deseo,
descubrí tu nuca
y me quedé a vivir.
Tracé el camino que unía tus verdades con la demencia.
Destrozamos ese mapa en mil pedazos para volver a perdernos.
Desafiné con los acordes de tu risa
y me colé en cada uno de tus sueños para entenderte luego
despierto.
Aguanté tormentas bajó el sofá durante el invierno,
teñí los truenos con canciones de Sabina
y olvidé que los
domingos nunca son como los pintan
si no eres tú quien
los ha dibujado antes.
Tiré al mar lo que quedaba de mis males,
y luego, prohibieron el baño.
Mojé tu suelo.
Volqué el cielo y tus lunares,
por amor,
por inconsciencia.
por inconsciencia.
Ahora, ya lo sabes.
tu dibujas mis semanas para luego yo pintar tus domingos
ResponderEliminary sus domingas
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