viernes, 1 de febrero de 2013

Tenía que decírtelo.


Río por nada. Me gustan los caminos equivocados, y cuanto más lo estén, mejor. Leo. Huyo a una realidad paralela en la que los callejones sin salida suben al cielo. Enciendo fuego con las manos. Fumo lo que/cuando quiero. Mi banda sonora de la vida es esa canción. A veces quiero desaparecer, y otras quieres que aparezca. Confundo sentimientos. Bebo verdades. Desnudo con la mirada. Soy un jodido postre y medio. Sueño. Escribo para desahogarte. Enseño a mentes. Transparente. Difícil, pues de cabeza. Al otro lado del teléfono cuando lo necesites. Escribo con todas las letras sin intención de enamorarte. Señalo fechas absurdas en el calendario. Me sé tu cumpleaños de memoria. Si no llamo, igual no me apetece. Quique González. Escribo mensajes de texto, e incluso cartas. Cambio la televisión por libros. Olvido con un margen de dos días las películas. En la oscuridad de un sitio nuevo me tiembla la tripa. Amoldo los recuerdos a las ganas que tenga de querer recordarte. Corro sin dirección. Escalo cimas para sentirme más alta. Cuando no me encuentres, estoy en la nada. Campito. Me pruebo los bikinis dos veces al mes. Adoro Octubre y siento devoción por Febrero. Creo días internacionales de lo que a mí me da la gana. Me fumo Madrid. Me pierdo en Atocha. Sudo ascensores. Acaricio a Gato. Regalo ilusión. Siento debilidad por el madridista acérrimo. No sé discutir. Olvido el motivo de un enfado. Echo de menos. Me doy a quién no lo merece. Me abro a la vida. Ella se abre de piernas a mí. Chocolate en la cama. Bailo al despertarme. Suena Sabina. Destapo artistas. Retiro. Canto en la ducha. Y en la cama. Y en la cocina. Queso. Adoro las casualidades. Creo en la buena fe de los daños colaterales. Mariposas traicioneras. Viajo a donde nadie me espera. Luego, me esperan, se desesperan. Sur. He estado en el séptimo cielo. Acompaño guitarras. Espiro poesía. Confío en las sonrisas. Café en buena compañía. Con dos de azúcar. Descubrir países en fines de semana. Barcelona. Tarta de tres chocolates. Un bombín. Corazones azules. Flexo, portátil y escribir(te). Palomitas. Improvisar. Hormiga. A ratos, gato. Libertad. Cervezas de los domingos. Torreznos. VDT. Carezco de orientación. Rafa Pons. Duchas de siete canciones. Buscar(te) la mano. No poder establecer un “” concreto. Infinito. Torbellino de sentimientos. A veces, ameba. Besos de esos que mandan un corazón (que no es azul). Madrid- Barça en la cama. Techos que dejan ver las estrellas. Luna. Luna en todas sus fases. Llover torrencialmente por teléfono. Y en el cuerpo a cuerpo. Llover(te). Cinco minutos más. Chimenea. Pintar sueños en la pared. Escapar con el coche. Miedo a la velocidad. Fan de las alturas. Asidua a tu cintura. Darle vueltas al mundo. Llorar. Volcarme la vida con los de cuatro años. Enseñar a escribir. Acortar palabras. Reinventar verbos. Besayunar.  Rubia, o castaña, o pantera. Odio a palabras concretas. Borraría ciertas del diccionario: Adiós. Rosas rojas. Culpar al paki que te las vende en cada esquina. Guiñar un ojo a desconocidos. Un autobús que me lleve de vuelta. Despertar sin despertador. Volver. Fotografío mundo. Mojito. Cracovia sin ti. Fundirme en bersos. Con hache. Insisto.


Tenía que decírtelo.



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