Río por nada. Me gustan los caminos equivocados, y cuanto
más lo estén, mejor. Leo. Huyo a una realidad paralela en la que los callejones
sin salida suben al cielo. Enciendo fuego con las manos. Fumo lo que/cuando
quiero. Mi banda sonora de la vida es esa canción. A veces quiero desaparecer,
y otras quieres que aparezca. Confundo sentimientos. Bebo verdades. Desnudo con
la mirada. Soy un jodido postre y medio. Sueño. Escribo para desahogarte.
Enseño a mentes. Transparente. Difícil, pues de cabeza. Al otro lado del
teléfono cuando lo necesites. Escribo con todas las letras sin intención de
enamorarte. Señalo fechas absurdas en el calendario. Me sé tu cumpleaños de
memoria. Si no llamo, igual no me apetece. Quique González. Escribo mensajes de
texto, e incluso cartas. Cambio la televisión por libros. Olvido con un margen
de dos días las películas. En la oscuridad de un sitio nuevo me tiembla la
tripa. Amoldo los recuerdos a las ganas que tenga de querer recordarte. Corro
sin dirección. Escalo cimas para sentirme más alta. Cuando no me encuentres,
estoy en la nada. Campito. Me pruebo los bikinis dos veces al mes. Adoro
Octubre y siento devoción por Febrero. Creo días internacionales de lo que a mí
me da la gana. Me fumo Madrid. Me pierdo en Atocha. Sudo ascensores. Acaricio a
Gato. Regalo ilusión. Siento debilidad por el madridista acérrimo. No sé
discutir. Olvido el motivo de un enfado. Echo de menos. Me doy a quién no lo
merece. Me abro a la vida. Ella se abre de piernas a mí. Chocolate en la cama.
Bailo al despertarme. Suena Sabina. Destapo artistas. Retiro. Canto en la
ducha. Y en la cama. Y en la cocina. Queso. Adoro las casualidades. Creo en la
buena fe de los daños colaterales. Mariposas traicioneras. Viajo a donde nadie me
espera. Luego, me esperan, se desesperan. Sur. He estado en el séptimo cielo.
Acompaño guitarras. Espiro poesía. Confío en las sonrisas. Café en buena
compañía. Con dos de azúcar. Descubrir países en fines de semana. Barcelona.
Tarta de tres chocolates. Un bombín. Corazones azules. Flexo, portátil y
escribir(te). Palomitas. Improvisar. Hormiga. A ratos, gato. Libertad. Cervezas
de los domingos. Torreznos. VDT. Carezco de orientación. Rafa Pons. Duchas de
siete canciones. Buscar(te) la mano. No poder establecer un “tú” concreto.
Infinito. Torbellino de sentimientos. A veces, ameba. Besos de esos que mandan
un corazón (que no es azul). Madrid- Barça en la cama. Techos que dejan ver las
estrellas. Luna. Luna en todas sus fases. Llover torrencialmente por teléfono.
Y en el cuerpo a cuerpo. Llover(te). Cinco minutos más. Chimenea. Pintar sueños
en la pared. Escapar con el coche. Miedo a la velocidad. Fan de las alturas.
Asidua a tu cintura. Darle vueltas al mundo. Llorar. Volcarme la vida con los
de cuatro años. Enseñar a escribir. Acortar palabras. Reinventar verbos.
Besayunar. Rubia, o castaña, o pantera.
Odio a palabras concretas. Borraría ciertas del diccionario: Adiós. Rosas
rojas. Culpar al paki que te las vende en cada esquina. Guiñar un ojo a
desconocidos. Un autobús que me lleve de vuelta. Despertar sin despertador.
Volver. Fotografío mundo. Mojito. Cracovia sin ti. Fundirme en bersos. Con
hache. Insisto.
Tenía que decírtelo.
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