Llueve
y la gente busca refugio
en brazos ajenos,
creyendo que eso es amor
y duran
lo que tarda en pasar la tormenta.
Llueve
y los niños en casa,
que ya se sabe,
luego resfriados y camas
y fiebre una semana.
Llueve,
y el amante en la cama de la mujer,
el marido en la oficina de algún banco
que estafará a un anciano
justo cuando quiere disfrutar
de lo que la vida le ha quitado.
Llueve,
a dos minutos del final del partido,
justo cuando estoy a punto de besarte.
Y pitan, se acaba el tiempo.
El mundo explota cuando llueve
y no lo vemos,
porque buscamos calor,
porque creamos inviernos.
Llueve
y caen los colores que mojan,
calan el alma de azul,
quieren con rojo,
sueñan en verde
y a veces el amarillo miente.
Pero no lo ves, porque te escondes,
porque no sabes lo que es mojarte,
porque no sabes lo que es vivir
con riesgo de acabar en un mar de dudas
que resolveremos, claro que sí,
cuando pase esta tormenta.
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