sábado, 22 de junio de 2013

y todo por temer la primavera


Creo que ya llego tarde a la cita
que nunca tuvimos un jueves
por el miedo de volvernos a ver
y no saber dónde guardarnos,
si el bolsillo del pantalón
o en aquel que ocupa tu pecho.
Y se enfriarán las cervezas
que no beberemos por comernos
las palabras de la boca,
que nos recordarán a un verano en vísperas del ‘siempre’,
en la playa de unos ojos
del color que tiene el mar cuando se junta con el cielo.
Creo que nunca dormimos
por despertar abrazados,
y darnos cuenta que el mundo
ha consumido a la gente que no entiende que un verso
sabe mejor de tus labios.
Y sin querer, no te reconocí las mil primeras veces
porque sé que darte por sabido es injusto,
al igual que bordearte el cuello
y pretender no morir en tu espalda,
donde se ahoga un naufragio de caricias
que nunca serán las que practican mis manos.
Y nos sentimos a ciegas
por eso de la distancia,
por ser uno en la noche,
en el asiento trasero de un coche,
donde jamás volveremos a estar
por temer la primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario