miércoles, 30 de enero de 2013

A deshora.


Apareciste a deshora, justo para recordarme porqué tantas veces te nombro y porqué algunas veces te temo. A muchos se les llena la boca, prometiéndote, pero eres fiel a esos amantes impacientes que te apuestan y tú, aceptas el reto. A veces gastas sonrisa, y otras irradias tal felicidad que te conviertes en mi cómplice, escondiéndonos tras el muro que da a su habitación, espiando su singular manera de desvestirse como un gato. Él te mira, tú me guiñas un ojo y me haces partícipe de su pensamiento en la distancia. Te escupo su ausencia en las noches de enero, y paso a paso consigo trazar una escalera. 




Tú, burlona, me dejas creer en imposibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario